jueves, 20 de noviembre de 2008

Reflexión: Metamorfosis Personal

Dos gusanos vivían en un frondoso árbol. En un momento dado, uno de ellos, movido por un fuerte impulso, comenzó a encerrar­se en un capullo de seda. Hasta ese momento los dos habían sido grandes amigos.

- ¿Qué estás haciendo? -gritó espantado su compañero-. ¿Te has vuelto loco?
El impulso era tan fuerte que el gusano no respondió. Era un gusano que se emocionaba con facilidad cuando hacía algo nuevo.

- ¿Ya has pensado lo que eso significa? -siguió su compañero, que era mucho más reflexivo y prudente-. ¡Vas a aislarte del árbol! ¿Y las jugosas hojas que estás dejando? ¿Y los nuevos brotes del tallo central? ¡No podrás comer ni moverte por el ár­bol si te encierras ahí!

Dado que su compañero no respondía, el orador decidió buscar apoyo moral en los demás gusanos y trajo unos cuantos junto al capullo de seda, que ya estaba por terminarse. - ¡No cierres aún, espera!

Y escuchó al coro de gusanos que decía: "Mira lo que dejas, mira lo que dejas..." pero se encerró tras la seda, pues el impul­so era muy fuerte y no podía explicarlo. Los gusanos se queda­ron mirando la cápsula de seda y pasaron toda la tarde comentando el suceso. "Se volvió loco", decían. "¡Qué aburrida de* ser la vida ahí dentro!" y "¡mira lo que se está perdiendo! ¿Quién le cabe en la cabeza despreciar un árbol tan frondoso?. "¿Tú te encerrarías ahí?... ¡con lo simpático y joven que erar.

Después de un tiempo encontraron el capullo roto y vacío, supieron qué pensar, así que decidieron mantener sus opiniones y seguir mascando hojas y ramitas sin volver a tocar el ten» del capullo de seda. Mientras tanto, una mariposa hermosísima se alejaba del árbol volando en medio del atardecer.

¿Qué importa ir contra la corriente si el fruto de tu decisión transforma en lo que siempre soñaste, sin saberlo?
P. Miguel Seguraf

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