domingo, 9 de noviembre de 2008

Reflexión de Superación Personal: El Caballo Estaba Dentro

Cuentan que un pequeño, vecino de un gran taller de escultura entró un día en el estudio del escultor, y vió en él un gigantesco bloque de piedra. Y que, dos meses después, al regresar, encontró en su lugar una preciosa estatua ecuestre. Y volviéndose al escultor, le preguntó: "¿y tú como sabías que dentro de aquel bloque había un caballo?"

La frase del pequeño era bastante más que una "gracias" infantil. Porque la verdad es que el caballo estaba, en realidad, ya dentro de aquel bloque. Y que la capacidad artística del escultor consistió precisamente en eso: en saber ver el caballo que había dentro, e irle quitando al bloque de piedra, sino liberando a la piedra de todo lo que le impedía mostrar al caballo ideal quien tenía en su interior. El artista supo "ver" dentro lo que nadie veía. Ese fue su arte.

Pienso todo esto al comprender que con la educación de los humanos pasa algo muy parecido. ¿Han pensado alguna vez que la palabra "educar" viene del latín "educere", que quiere decir exactamente:¿Sacar de dentro? ¿Han pensado que la verdadera genialidad del educador no consiste en "añadirle" al niño las cosas que le faltan, sino en descubrir lo que cada pequeño ya tiene dentro al nacer y saber sacarlo a la luz?

Me parece que muchos padres y educadores se equivocan cuando luchan para que sus hijos se parezcan a ellos a su ideal educativo o humano. Padres que quieren que sus hijos se parezcan a Napoleón, Alejandro Magno o al banquero que triunfó en la vida entres sus compañeros de curso. Pero es que su hijo no debe parecerse a Napoleón ni a nadie. Su hijo debe ser, fiel a sí mismo. Lo que tiene que realizar no es lo que haya hecho el vecino, por estupendo que sea. Tiene que realizarse a sí mismo y realizarse al máximo. Tiene que sacar de dentro de su alma la persona que ya es, lo mismo que del bloque de piedra sale el caballo ideal que dentro había.

Ser hombre no es copiar nada de fuera, no es añadir virtudes que son magníficas, pero que tal vez son de otros. Ser hombre es llevar al límite todas las infinitas posibilidades que cada humano lleva dentro de sí. El educador no trabaja como el pintor, añadiendo colores o formas. Trabaja como Jesús el escultor: quitando todos los trozos informes del bloque de la vida y que impiden que el hombre muestre su alma entera tal y como ella es.

Y los muchachos tienen razón cuando se rebelan contra quienes quieren imponerles modelos exteriores. Aunque no la tiene cuando se entregan no a lo mejor de sí mismos sino a su comodidad o a su pereza, que es precisamente el trozo de bloque que les impide mostrar lo mejor de sí mismos. Un buen padre, un buen educador, un buen autoeducador, es aquel que sabe ver la escultura maravillosa que cada uno tiene, revestida tal vez por toneladas de vulgaridad. Quitar esa vulgaridad a martillazo es quizá muy doloroso es la verdadera obra del genio creador.
Del cuadernillo de J.J. MartínDescalzo

Esta historia muestra la importancia de saber descubrir las cualidades, los dones, los potenciales que toda persona tiene, sin necesidad de imponerle o imponerse un modelo a sus hijos o a ustedes mismos, convirtiéndose en imitadores, dejando a un lado la originalidad que todo ser humano por naturaleza y como seres diferentes unos de otros tenemos, bajo una buena orientación, ayude a sus hijos a descubrir las destreza que posee, fortaleciendo así su autoestima por ser una persona original y no un imitador de un modelo cuadriculado.

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